lunes, 6 de mayo de 2013

La fórmula 1 vuelve a Europa

Este fin de semana la fórmula 1 regresa a Europa, la cuna de esta competición. Y entra en el viejo continente a través del Gran Premio de España. La cita catalana se ha convertido en un clásico del mundial, pese a que no es uno de los circuitos más antiguos de la competición.

Parecía que Williams había vuelto, pero no...

La fórmula 1 regresó a Cataluña en 1991, tras 35 años de ausencia forzada después de abandonar el espectacular y peligroso circuito de Montjuic. Desde su regreso, el circuito se ha convertido en un referente del gran circo, especialmente por ser la pista predilecta de todos los equipos para realizar los tests de pretemporada. Es por esta razón que, a diferencia de otros grandes premios de principio de mundial, el GP de España no suele dar sorpresas a los equipos: se podría decir que sus monoplazas han sido calibrados en su trazado.

Y la verdad es que no se recuerdan en la pista catalana grandes carreras en los últimos años: una climatología estable, un circuito poco favorable a los adelantamientos y el gran conocimiento que los equipos tienen de la pista, no ayudan a ello. Sin embargo, paradojas de la vida, en Montmeló se vivió una de las escenas más memorables de la F1 moderna: la impresionante estampa de Nigel Manell y Ayrton Senna corriendo rueda con rueda en la recta de meta a más de 300 km/h, rodeados de chispas.


Aquellos tiempos ya pasaron, y si actualmente podemos ver algo de espectáculo en el GP de España es gracias a ese artificio llamado DRS, capaz de provocar falsos adelantamientos para lograr una imagen de espectacularidad apta para todos los públicos. Algo es algo.

Pero, ¿qué nos espera en esta edición del GP? Desde luego, lo que no nos espera es una victoria de Williams como el año pasado. Transcurridas 4 carreras, Sebastian Vettel llega como líder a España. A diferencia de otros años, no ha obtenido el liderato gracias a una superioridad manifiesta de su monoplaza (o de Adrian Newey, que viene a ser lo mismo). Llega líder porque ha logrado la victoria en 2 de los 4 grandes premios disputados, en los cuales su principal oponente, Fernando Alonso, ha visto como la fortuna que tanto le ayudó en 2012 parecía abandonarle.

La lectura positiva de este principio de campeonato es justamente que parece que hay campeonato. 3 equipos parecen en disposición de obtener la victoria, Lotus, Red Bull y Ferrari, y un cuarto, Mercedes, parece cerca de ello.

Red Bull es el monoplaza más rápido, pero de momento no han logrado integrar el comportamiento de los polémicos neumáticos Pirelli con su chasis y su aerodinámica. El desgaste de gomas que producen está un escalón por detrás de Lotus y Ferrari, y eso se antoja un problema serio para lo que queda de campeonato. A su favor juega el amplio margen de mejora y la posibilidad de que Pirelli opte por endurecer algo sus compuestos, ante las presiones recibidas. En este sentido, aunque el espectáculo debería favorecer el compuesto actual, mucho más propopenso a los giros de guión que estamos viviendo en los últimos grandes premios, Pirelli duda de si es rentable para sus intereses comerciales que se asocie su marca a "los neumáticos que duran 3 vueltas". No lo parece.

Lotus y Ferrari parece que juegan con armas similares. Son monoplazas estables, mejores en tandas largas que en clasificación, que preservan bien las gomas. Y ambas escuderías cuentan con dos grandes pilotos: Raikonnen y Alonso, en plena madurez ambos. El primero corre sin presión - como siempre ha hecho, por otra parte - y está mostrando su mejor versión, la de un piloto rápido, consistente y agresivo cuando se requiere. De Fernando, poco se puede decir que no se haya dicho ya. Está en su mejor momento. Probablemente no sea el piloto más rápido de la parrilla - o así lo puso en evidencia Hamilton en la temporada en la que compartieron escudería - pero sí el más inteligente, capaz de arañar esas décimas al crono en las vueltas que realmente importan en una carrera, frío cuando se debe renunciar a la lucha en pro de un buen resultado para el campeonato.

Mercedes es la incógnita de esta ecuación: si bien podría evolucionar hasta convertirse en el monoplaza de referencia de esta temporada, no es descartable que acaben sumidos en la mediocridad como en los dos últimos años. Contando con un piloto como Hamilton, podemos estar seguros de que si no brillan no será por falta de talento al volante. Y tampoco por falta de inversión: Mercedes está apostando fuerte en su estrategia de convertirse en el referente del gran circo en los próximos años, pero sonados fracasos como los de Toyota demuestran que el dinero es un factor necesario para el éxito, pero no suficiente en la fórmula 1 moderna.

Entre las restantes escuderías, dos sorpresas: la positiva es el regreso de Paul di Resta y el Force India, que han dado señales inequívocas de haber dado con un auto ganador. La negativa, sin duda, es Mclaren. Hacía muchos años que no se veía a la escudería de Woking tan atrás en un arranque de temporada. Su proverbial capacidad de reacción para evolucionar el monoplaza durante la temporada deberá brillar más que nunca si quieren volver al lugar que les corresponde por historia. El caso de Williams parece aún peor: su victoria en la temporada pasada parece un quimera esta temporada. Una auténtica lástima para una escudería que encarna muchos de los valores que hicieron grande este certamente, y que hoy se echan de menos.

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Parece que Ferrari llega muy mentalizada a Barcelona, dispuesta a darlo todo en un gran premio que, debido a los dos errores que llevan cometidos en tan sólo cuatro grandes premios, se antoja fundamental para el devenir del campeonato.

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Según palabras de Allan Mcnish, Paul di Resta podría ser campeón del mundo de tener el vehículo adecuado, lo cuál no es decir mucho: Damon Hill y Jaques Villeneuve también lo fueron, con el vehículo adecuado, por supuesto. "Paul was driving like the old Jackie Stewart," dice McNish. "It was the 'looking as if you're driving slow but actually driving very fast' approach". Pues veremos...

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Parece que el tiempo se le acaba a Ross Brawn. Después de la masiva inversión de Mercedes, Ross ahora pide un periodo de calma.

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